El ser humano y, más específicamente, el cerebro, es un órgano social que necesita de relaciones para funcionar (Pozo, s.f). Por lo tanto, sino nos dedicamos a cuidar estas relaciones pueden deteriorarse o perderse, siendo un factor de vulnerabilidad para nuestra salud mental. Una de las formas de mantener relaciones saludables es a través de una comunicación asertiva.
El ser humano tiene básicamente tres tipos de conducta interpersonal (para relacionarse con el prójimo): estilo pasivo, Asertivo, y Estilo Agresivo.
Hablamos de una persona con “estilo Pasivo” cuando ésta no suele expresar sus sentimientos verdaderos, no defienden sus intereses, ni expresan sus deseos u opiniones. Es decir, vive en sumisión, cede constantemente, y acumula los sentimientos. Tienden a evitar constantemente el conflicto y presentar mucho miedo a ser rechazados.
Por otro lado, el “Estilo Agresivo” de la comunicación se caracteriza por carecer de empatía, no tienen en cuenta los sentimientos de los demás, ni les importan los intereses o deseos ajenos. Presentan un lenguaje amenazante y agresivo, son aquellos que tienden a insultar, acusar, imponerse, mostrarse peleones y, alzan la voz para hacer callar a los demás. Suelen creerse en posesión de la razón y no admiten un “no” por respuesta. Es un comportamiento conflictivo, muestran rabia, causan problemas y pocos quieren ser sus amigos.
Entre esos dos polos, encontramos un estilo comunicacional sano y funcional, que llamamos “Comunicación Asertiva”. Una habilidad social y comunicativa que nos permite expresar directamente los propios sentimientos, opiniones y pensamientos y defender nuestros derechos, en el momento oportuno, de la forma adecuada, sin negar, ni desconsiderar los sentimientos, opiniones, pensamientos y derechos de los demás. Es decir, no agrede a los demás, y tampoco se somete a la voluntad de otros.
Considero que una persona que practica constantemente la asertividad tiene asociado un rasgo de Personalidad de mucho valor “la Autenticidad”. La persona asertiva plantea “Este soy yo, esto es lo que pienso, quiero y siento”. Es una persona confiable, segura de sí misma.
Para ser asertivo en situación de conflicto se debe tomar en cuenta diversos factores: el contexto (que sea el adecuado), que se describa la situación de manera objetiva, aprender a expresar los pensamientos y sentimientos producidos de una manera sana, o sea desde la posición Yo “Yo pienso”, “yo siento” “yo me sentí”, y expresar expectativas concretas, no globales “A mí me gustaría…”.
En el proceso de resolución de conflictos una persona asertiva sabe escuchar a los demás, así como, se encarga de que los demás también, lo escuchen a él. Y en el diálogo, incentiva una alternativa válida para todos los miembros, entendiendo que no siempre él debe tener la razón, que es capaz de equivocarse, y que tiene derecho a cambiar de opinión, si los argumentos del prójimo son convincentes.